Es vox populi que uno de los efectos negativos -y más mediático- de los parques eólicos sobre la fauna, es la mortalidad que causa en aves y murciélagos. Pero, ¿cual es la realidad del conocimiento que existe sobre el impacto de estas infraestructuras? ¿Es está la única afección destacable sobre las especies?
Aunque aún queda mucho camino por andar, las revisiones realizadas hasta la fecha de estudios llevados a cabo en todo el mundo coinciden en la identificación de los principales efectos negativos sobre las aves: la mortalidad directa, las molestias por desplazamientos o barreras al movimiento, y la pérdida o alteración del hábitat. En los siguientes post iré desgranando estos impactos para incorporarlos al contexto de los parques eólicos y entender mejor su alcance y significado.
En cuanto a la mortalidad directa, esta no solo es provocada por el choque con las aspas del aerogenerador al ser succionados por los vórtices creados por los rotores, sino también por la presencia de infraestructuras asociadas como las torres meteorológicas o las líneas eléctricas de evacuación. Las informaciones recogidas parecen apuntar a una mortalidad e incidencia baja sobre las poblaciones de aves en la mayoría de explotaciones eólicas, aún considerando que algunos de los trabajos se basaron en la búsqueda directa de cadáveres, sin aplicar factores de corrección, e infravaloraron el número real de accidentes. Por otro lado, también se han registrado tasas altas de mortalidad con efectos negativos sobre poblaciones concretas de especies de aves, como las que se producen en Navarra y Tarifa con el Águila Real y Buitre Leonado por la acumulación extensiva de aerogeneradores en corredores migratorios o de vuelo locales; o la que se da en Altamont Pass (California) sobre la población americana de Águila Real. De modo que, en determinadas circunstancias, la mortalidad de un parque eólico puede tener un efecto acumulativo y significativo que implique finalmente un declive de las poblaciones a mayor escala. Este situación es especialmente importante en especies de longevidad alta, bajas tasas de renovación, procesos de madurez lentos y escasos contingentes, características que las hacen más propensas a verse a fectadas por tasas extras de mortalidad no natural. Desgraciadamente la escasez de información fiable hace que no sea una tarea sencilla conocer el alcance potencial de la accidentalidad de un parque eólico.
Aunque aún queda mucho camino por andar, las revisiones realizadas hasta la fecha de estudios llevados a cabo en todo el mundo coinciden en la identificación de los principales efectos negativos sobre las aves: la mortalidad directa, las molestias por desplazamientos o barreras al movimiento, y la pérdida o alteración del hábitat. En los siguientes post iré desgranando estos impactos para incorporarlos al contexto de los parques eólicos y entender mejor su alcance y significado.
En cuanto a la mortalidad directa, esta no solo es provocada por el choque con las aspas del aerogenerador al ser succionados por los vórtices creados por los rotores, sino también por la presencia de infraestructuras asociadas como las torres meteorológicas o las líneas eléctricas de evacuación. Las informaciones recogidas parecen apuntar a una mortalidad e incidencia baja sobre las poblaciones de aves en la mayoría de explotaciones eólicas, aún considerando que algunos de los trabajos se basaron en la búsqueda directa de cadáveres, sin aplicar factores de corrección, e infravaloraron el número real de accidentes. Por otro lado, también se han registrado tasas altas de mortalidad con efectos negativos sobre poblaciones concretas de especies de aves, como las que se producen en Navarra y Tarifa con el Águila Real y Buitre Leonado por la acumulación extensiva de aerogeneradores en corredores migratorios o de vuelo locales; o la que se da en Altamont Pass (California) sobre la población americana de Águila Real. De modo que, en determinadas circunstancias, la mortalidad de un parque eólico puede tener un efecto acumulativo y significativo que implique finalmente un declive de las poblaciones a mayor escala. Este situación es especialmente importante en especies de longevidad alta, bajas tasas de renovación, procesos de madurez lentos y escasos contingentes, características que las hacen más propensas a verse a fectadas por tasas extras de mortalidad no natural. Desgraciadamente la escasez de información fiable hace que no sea una tarea sencilla conocer el alcance potencial de la accidentalidad de un parque eólico.
Imagen toma de Desde el Sekano
Aún así, y a pesar de que los factores que pueden influir en el riego de colisión son numerosos e incluyen desde la biología de las propias especies, su número y comportamiento, hasta la topografía del terreno, la climatología o incluso el propio diseño de la instalación, las evidencias nos aportan algunas pistas por la que empezar a entender el problema. En primer lugar la ubicación de aerogeneradores en áreas de concentración de gran número de aves como, lugares de alimentación o descanso, rutas migratorias y corredores locales de vuelo, supone un incremento del riesgo de colisión que hay que tener en cuenta. También ayuda el saber que son más sensibles las especies de vuelos poco maniobrables y gran envergadura -gansos, cisnes, grandes rapaces, etc.-, aquellas que viajan al atardecer o al amanecer, momentos donde la visibilidad de los aerogeneradores se reduce, o los individuos que usan el entorno de las instalaciones de forma recurrente a lo largo del año. Otra pista nos la aporta la meteorología, pues muchas de las colisiones se producen en momentos de niebla o precipitaciones que dificultan la visibilidad, o con vientos que obligan a las aves a modificar la altura de vuelo y acercarse a las infraestructuras. La topografía también juega un papel a tener en cuenta a la hora de ubicar un parque eólico ya que, por ejemplo, las rapaces usan las corrientes generadas en las laderas de las elevaciones para alzar el vuelo y otras especies siguen rutas de baja altura cuando bordean la costa. E incluso, las propias luces de posición de las moles de metal pueden atraer y desorientar a aves de vuelos nocturnos.
Por tanto, y a pesar de la baja incidencia general de los parques eólicos sobre las aves, las numerosas excepciones que pueden producirse y el impacto potencial que supone la mala ubicación de estas infraestructuras sobre determinadas especies, obliga a que los estudios de impacto ambiental de los parques eólicos incluyan de forma sistemática un estudio pormenorizado sobre el número, cantidad y estatus de conservación de las especies de la zona, cartografía de los lugares más importantes para la reproducción o agregación, conocimiento de las rutas migratorias y los corredores de vuelo locales, y, por último, que dispongan del tiempo suficiente como para establecer conclusiones fiables y definitivas.
Ahora las preguntas son ¿veremos esto en nuestro país a corto plazo? ¿Será la administración lo suficientemente valiente y con la preparación necesaria como para abordar el problema y exigir la calidad necesaria? ¿Para cuando un grupo de trabajo nacional e interdisciplinar sobre energía eólica y medio natural que establezca las pautas ha seguir en España?
Se puede profundizar sobre el tema consultando los siguientes documentos:
- Langston & Drewit. 2006. Assessing the impacts of wind farms on birds. Ibis 148: 29-42.
- Langston & Pullan. 2004. Effects of wind farm on birds. Nature and environment, no 139. Council of Europe Publishing.
Otros post relacionados:
- Bitacora Naturae. Parques eólicos y fauna: una breve introducción.
- Bitacora Naturae. Parques eólicos: entre el mito y la realidad.
Para conocer el origen de las fotografías pinchar sobre la imagen o en el pie.
Interesantísimo documento, y el pdf también. Espero más capítulos
ResponderEliminarSalud
Gracias Brookei, con lectores así da gusto ;)
ResponderEliminarSi te interesa tengo el otro documento disponible y mucha más información, aunque las dos referencias al ser revisiones abordan adecuadamente el problema. En cualquier caso tu pide y te cuento
Pues pidiendo esto, mándamelo cuando puedas por correo electrónico. Jejeje
ResponderEliminarSaludos